En una jornada que combinó historia, gastronomía y naturaleza, los alumnos de Cuarto Turismo del Instituto Línea Cuchilla vivieron una experiencia enriquecedora el martes 15 de agosto. Su destino: la ciudad de San Ignacio y Santa Ana, dos joyas culturales enclavadas en la provincia de Misiones.
El día comenzó con un emocionante encuentro en la Casa de Horacio Quiroga, un rincón mágico y misterioso que encapsula la esencia de la selva misionera. En medio de cinco hectáreas, cercanas al corazón urbano de San Ignacio, los estudiantes pudieron sentir el eco del paso del renombrado escritor uruguayo por la región. Sus palabras y obras cobraron vida en este entorno, transmitiendo la magia de Misiones a las nuevas generaciones.
La travesía gastronómica continuó en “La Taberna Segundo Patio”, dirigida por la apasionada Concha Alarcos. Aquí, los alumnos descubrieron la autenticidad de la cocina española y su conexión con los productos locales. Jugos naturales y cítricos de la zona se entrelazaron para ofrecer sabores únicos. Este lugar no solo se trata de comida, sino de un tributo al trabajo artesanal y la colaboración comunitaria. Cada producto, adquirido de “Mujeres en Red”, tejió una red de proveedores comprometidos con la calidad y la tradición.
La última parada, pero no la menos impactante, fue Momora Distrito Selva en Santa Ana. Este rincón encantador fusiona la sostenibilidad, la recreación y la historia, todo ello resaltado por una gastronomía excepcional bajo el lema de “Cocina Kilómetro 0”. Aquí, la conexión con la tierra y la tradición se palpa en cada plato, recordando la importancia de valorar los recursos naturales y las raíces culturales.
Este día no solo fue un viaje educativo, sino también una inmersión en la riqueza de Misiones. La experiencia combinó la literatura de Quiroga, la pasión de Concha Alarcos y la visión sostenible de Momora, recordándonos que el patrimonio cultural y la naturaleza son tesoros que merecen ser explorados y preservados. Estos estudiantes, ahora portadores de estas historias y sabores, se convierten en embajadores de la magia y la tradición que enriquecen la identidad de San Ignacio y Santa Ana.-